mercoledì 26 maggio 2010

The Freedom Theatre



El conflicto palestino-israelí es normalmente visto como una situación de emergencia humanitaria por lo que se tiende a pensar que el pueblo palestino solamente tiene necesidad de alimento y medicinas. El conflicto se prolonga desde hace varias decenas de años y nada indica que su fin esté cerca. Los medios de comunicación parecen sugerir que los palestinos solo saben luchar y morir.

Sin embargo toda lucha y toda resistencia tienen sus raíces en profundas aspiraciones de independencia, paz y libertad y cuando, como sucede a menudo, la política y los medios de comunicación no logran captar ni representar los más íntimos anhelos de la sociedad, el arte viene en su ayuda.

Resulta extraño imaginar que en un contexto tan hostil como el de la Palestina haya lugar para manifestaciones artísticas y sin embargo ellas son fundamentales. En un lugar como la Palestina, en donde la política influencia absolutamente todo, el arte cumple la función de representar la realidad y transmitir la complejidad de los problemas con una sensibilidad extraña a la política oficial. Además de ser una alegoría de la vida, el arte es un canal de comunicación; es un lugar de análisis, de experimentación y de proyecto.

Es este el rol fundamental que cumple en el campo de refugiados de Jenin, el Teatro de la Libertad. Construido por Juliano Mer Khamis, un actor hebreo, en si mismo símbolo de conciliación y concordia en cuanto hijo de Arna Mer, israelí y Saliba Khamis, palestino.

El teatro se propone utilizar el arte como modelo para producir un cambio social, como instrumento para desenmascarar la naturaleza del conflicto, como refugio para tantos niños traumatizados por los efectos de la ocupación.

El Freedom Theatre nació sobre los escombros del refugio para niños y del teatro che Arna Mer construyo en 1994. Aquel teatro se llamaba Stone Teather, nombre que recordaba los niños de Jenin que arrojaban piedras a los tanques israelíes en la segunda Intifada y fue bombardeado y destruido por el ejército israelí.



En una entrevista -(la entrevista figura en el hermoso libro “L’Arte come Re-esistenza” de Battistelli, Lanni e Sebastiani, Editorial Emi - Editrice Missionaria Italiana, 2009) - Juliano explica que la reapertura del teatro significó para él una venganza personal. “Me sentía enojado y frustrado, por eso decidí que mi venganza personal seria reconstruir lo que ellos habían destruido” . En un contexto de privación, cansancio y desilusión como el del campo de prófugos, el Teatro de la Libertad se constituye en productor de significados y se vuelve indispensable para que al menos la identidad cultural de un lugar como Jenin no muera.

En la misma entrevista, Mer Khamis explica: “El teatro es solo una excusa, nosotros hacemos arte en general: escritura creativa, photoshop, computación, fotografía, psicodrama, realización de films, terapia teatral. No somos una compañía de teatro en el sentido tradicional; utilizamos todos los medios que el arte nos ofrece para comunicarnos con el mundo y para reconstruir una identidad perdida. ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Que pensamos? ¿Por qué nos encontramos en esta situación? ¿Qué tipo de independencia queremos y cómo podemos construir identidad sin cultura? La ausencia de todas estas preguntas sirve solo para crear muchos pequeños soldaditos. La búsqueda de la identidad se logra solo a través de la cultura. Tenemos necesidad de reflejarnos. Es así que se construye nuestra personalidad: reflejándonos en una pantalla, en las páginas de un libro, creando un debate, un dialogo”.



Actualmente, las instalaciones del teatro cuentan también con un estudio de edición de videos, una biblioteca, dos aulas y un laboratorio de informática. El laboratorio de informática fue donando por un señor israelí cuya hija recibió en donación el corazón de un niño palestino asesinado por el ejército israelí en el campo de Jenin en el 2005. Otra de las tantas historias de paz-guerra-amor-odio que el conflicto palestino-israelí contiene.

En el año 2003, Juliano Mer Khamis y Danniel Danniel (Si, “Danniel Danniel”; nombre curioso y redundante como el de Boutros Boutros Ghali, ¿se acuerdan?), realizaron el documental “Los niños de Arna” que cuenta la historia del teatro y que gano el premio al mejor documental en el Tribeca Film Festival del 2004. Ya a inicios de los anos ’90 Juliano había filmado a su madre y a los niños con los que ella trabajaba. En el documental “Arna’s Children” intenta en cambio descubrir el camino que cada uno de esos niños ha recorrido desde entonces.

Las actividades del teatro encuentran obstáculos y desafíos no solo en la ocupación y la política hostil del Estado de Israel sino también en la misma sociedad, cuyas tradiciones religiosas pueden ser, a veces, muy represivas sobre todo respecto de las niñas.

El Teatro de la Libertad cuenta, entre sus logros, la historia de Zacaria Zbeide, ex líder de la milicia armada Al-Aqsa, considerado un símbolo de la intifada palestina, quien en el 2007 renunció a la lucha armada entregando su arma a la Autoridad Nacional Palestina y comprometiéndose profundamente a la resistencia cultural que lleva adelante el Teatro.



La obra del Teatro de la Libertad es monumental y digna de la mayor admiración: refuerza la identidad de un pueblo que lucha por sobrevivir y por ser reconocido internacionalmente. La resistencia cultural permite que los niños palestinos contemplen un nuevo horizonte de sentido, conserven sus valores y no caigan en la trampa de la ocupación convirtiéndose en un espejo del enemigo. El teatro y el arte contribuyen a crear una identidad fuerte, que no cede a los sentimientos de venganza, hecha de valores universales, de cultura, de conciencia y de conocimiento: “si alguien asesina a tu hijo y tú tienes la fuerza de no asesinar al suyo, tienes la fuerza de resistir y mantener tus valores, entonces eres capaz de vencerlos porque eres más fuerte como ser humano”.